¿En qué consiste el impacto social de una empresa y cómo medirlo?

Equipo preparándose para trabajar el impacto social de una empresa.
Explora con nosotros la definición del impacto social empresarial, los métodos que se utilizan para medirlo y cómo es posible implementarlo.

Contenido

El impacto social de una empresa es un tema que ha tomado relevancia con el paso de los años debido a una razón: cada vez son más las personas que se interesan en consumirle a organizaciones comprometidas con el medio ambiente y con todos aquellos que hacen posible su éxito; desde los trabajadores, hasta los usuarios. 

Pero, ¿realmente una organización puede operar con un propósito que trascienda el beneficio económico en su entorno inmediato y a largo plazo? Aunque parece una utopía, es urgente que muchas marcas empiecen a reflexionar sobre las consecuencias (buenas y malas) que generan durante sus procesos internos y los productos y/o servicios que ofrecen a los consumidores.

La intención de este post es crear conciencia sobre la importancia de que los negocios conozcan su potencial para potenciar su productividad, e incluso, mejorar vidas. Asimismo, es una invitación para que tú también te animes a generar un cambio en tu área de trabajo. 

¿Qué es el impacto social de una empresa?

Es el resultado directo que tienen las actividades de una organización en la sociedad y el medio ambiente, en consecuencia de sus operaciones y relaciones, incluyendo los efectos positivos y negativos.

De acuerdo a la International Association for Impact Assessment, es el “proceso de análisis, monitoreo y gestión de las consecuencias sociales, tanto previstas como imprevistas, de intervenciones planificadas (políticas, programas, planes, proyectos) y de los cambios sociales derivados de dichas intervenciones”.

Erróneamente, se cree que consiste en el mero acto de, por ejemplo, realizar donaciones; sin embargo, el concepto se centra en la noción que una empresa toma del alcance que tienen sus acciones y la estrategia que elabora para trabajar en una transformación que parta desde la raíz. 

¿Cómo se relaciona con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE)?

La Responsabilidad Social Empresarial se refiere al conjunto de acciones voluntarias orientadas a un bienestar global que, por lo usual, se orquestan desde áreas específicas dentro de la organización. 

Si bien el propósito del impacto social es similar al de la RSE, varía en el aspecto de que no trata de “compensar” los efectos, sino de modificar la estructura de la empresa para que cada elección se lleve a cabo teniendo en cuenta un bien común. 

Ambos enfoques pueden coexistir, pero el reto está en avanzar hacia una realidad en la que todas las marcas dejen de concentrarse en gestos aislados y construyan una cultura organizacional más beneficiosa para todos. 

Empresa revisando ejemplos de impacto social en reunión.

Principios para lograr un cambio positivo

  • Intencionalidad

La generación de impacto implica definir un objetivo y vincularlo con la razón de ser de la empresa. Deben tomarse decisiones deliberadas sobre qué problemas se quieren abordar, por qué y desde qué lugar se puede aportar valor.

  • Integración

Una vez determinado el propósito, se le tiene que hacer parte de todas las áreas: los procesos internos, la relación con proveedores, la gestión del talento, la interacción con las comunidades, etc. 

  • Medición y evolución

Tomar el compromiso de forjar un impacto exige dar seguimiento a los resultados y ajustarse de manera continua, recordando que esta actividad nunca termina y, de hecho, se mantiene vigente, buscando fortalecer la efectividad de las estrategias emprendidas.

Acciones concretas para mejorar el impacto social

Condiciones laborales justas

Una evaluación de, por ejemplo, las prácticas de contratación o de las condiciones de trabajo, es el primer paso para que una empresa haga sentir valorados a sus empleados. Siempre habrá algo que hacer para conseguirlo: desde la implementación de horarios flexibles, hasta la formación continua para potenciar su crecimiento profesional.

Diversidad, inclusión y equidad

Al igual que en punto anterior, es necesario que se realice una revisión, pero una que ayude a crear las condiciones necesarias para que cada perfil tenga las mismas posibilidades de integrarse, desarrollarse y ser escuchado.

Trabajar estos aspectos no responde a una comprensión más amplia de cómo se estructura la vida dentro del trabajo y a que se modifique la capacidad que tienen las organizaciones de escuchar, adaptarse y representar mejor a la sociedad. 

Responsabilidad ambiental

La sostenibilidad empresarial se basa en que las marcas se aseguren de operar sin deteriorar el medio que la sostiene. ¿Cómo? Tomando decisiones informadas que minimicen los daños generados por determinados procesos y adoptar prácticas menos perjudiciales en el funcionamiento diario que, además sean 100% transparentes y así, se dispare su credibilidad con sus grupos de interés.

Participación activa en la comunidad

Lo principal es que la empresa forje un vínculo con la comunidad de la cual forma parte y sea capaz de responder a sus necesidades, siempre y cuando estén alineadas con la actividad que desarrolla el negocio: quizá facilitar el acceso a ciertos servicios o impulsar las redes de emprendimiento local. 

Más allá de las iniciativas que se adopten, lo importante es que haya una visión a largo plazo, así como una apertura al diálogo que, a la larga, mejore la percepción pública de la organización y motive su crecimiento. 

Empresa llevando a cabo acciones de impacto social.

¿Cómo se mide el impacto social de una empresa?

El primer paso es decidir el tipo de cambios que pretende llevar a cabo, por qué, y a partir de ahí establecer criterios que permitan evaluar los avances. Existen metodologías desarrolladas específicamente para este propósito, y a continuación, se revisarán algunas: 

Teoría del Cambio

Es una de las más utilizadas por su claridad conceptual. A grandes rasgos, consiste en mapear cómo una política interna, por ejemplo, puede llevar a un resultado deseado. Parte de identificar qué se quiere lograr, qué acciones se realizarán para ello y qué condiciones deben cumplirse para que ese cambio ocurra, entendiendo cada paso intermedio. 

Enfoque SROI (Retorno Social de la Inversión)

Su intención es traducir los beneficios sociales en términos económicos, considerando elementos como mejoras en calidad de vida, acceso a oportunidades o reducción de riesgos sociales. Resulta útil cuando se necesita justificar inversiones o rendir cuentas a actores externos que requieren datos cuantificables.

IRIS (Impact Reporting and Investment Standards)

Se trata de un conjunto de indicadores estandarizados para medir impacto en proyectos que involucran inversión social o fondos con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG o ESG). Lo valioso de esta herramienta es que da pie a comparar resultados entre organizaciones y sectores, algo importante a la hora de crear reportes para inversionistas o aliados.

EVPA (Asociación Europea para la Inversión Social)

Combina elementos cualitativos y cuantitativos con el fin de valorar tanto los resultados directos como los procesos que los generan. Se enfoca en evaluar la lógica del impacto en relación con los recursos disponibles, el contexto en el que se actúa y la participación de los actores involucrados. 

Ejemplos de indicadores 

Los indicadores de impacto social son una herramienta que convierte un cambio deseado en una variable concreta, observable y medible. Así que, después de haber definido el impacto se aspira a conseguir y se ha seleccionado una metodología de evaluación, lo que sigue es establecer los indicadores, cuidando que estos estén relacionados con los objetivos.

Eso sí: conviene hacer una distinción entre los diferentes tipos de indicadores que existen:

Insumo: registran lo que se invierte o se implementa (como presupuesto asignado o número de talleres impartidos).

Proceso: reflejan cómo se lleva a cabo una acción (por ejemplo, asistencia, participación o satisfacción).

Resultado: apuntan a los cambios concretos a los que se llegaron (como la reducción de emisiones o mejora en condiciones laborales).

Imagina, pues, un negocio que ha decidido mejorar el acceso a empleo para ciertos grupos de población; lo que puede hacer es medir cuántas personas fueron contratadas bajo ese criterio, cuánto tiempo permanecen en el puesto, o cuántas de ellas acceden a formación interna.

Si el propósito está vinculado al impacto ambiental de una empresa, los indicadores podrían incluir la reducción en el consumo de energía, la cantidad de residuos reciclados o la mejora en eficiencia logística.

Lo recomendable es combinar datos cuantitativos con evidencia cualitativa y, cada cierto tiempo, recolectar y revisar dichos indicadores con el objetivo de ver tendencias que ayuden en la toma de decisiones enfocadas a una mejora continua.

Organización evaluando metodología de impacto social.

Buenas prácticas de impacto social empresarial

  • Integrar el impacto al modelo de negocio

Se le tiene que incluir en la planeación, pero no como un compromiso externo, sino como parte de la lógica de crecimiento a la que se le destinen los recursos correspondientes y se le asignen responsables. 

  • Construir sistemas internos de medición y aprendizaje

De manera constante, debe verse lo que está funcionando y lo que no a través de mecanismos de monitoreo que recojan información, mantengan conectados con los procesos internos y permitan ajustes, sin perder de vista el objetivo final.

  • Alinear a las personas dentro de la organización

Involucrar al equipo desde sus funciones puede reforzar el vínculo entre cada área y el propósito colectivo que se ha establecido, siempre y cuando se hayan diseñado correctamente y respondan a las dinámicas del negocio.

  • Documentar procesos 

Para que haya una continuidad, sirve un registro de lo que se hace, cómo y lo qué se obtiene, incluso cuando cambian los equipos o las condiciones externas; así también se evitan las decisiones improvisadas y resulta más fácil compartir aprendizajes con aliados, clientes o comunidades.

  • Creación de vínculos con actores externos

Incentivar alianzas con, por ejemplo, organizaciones civiles o instituciones educativas, es una oportunidad para acceder a conocimiento especializado que aumente el valor del compromiso asumido.

Ejemplo: Fundación Dr. Simi

La Fundación Dr. Simi, A.C., gestada en 1994 en Cuernavaca, Morelos, ha mantenido como eje rector su lema: “El que aprende a dar, al dar es muy feliz”, en palabras de su fundador, Víctor González Torres.

Con una estructura basada en 11 planes de acción, ha hecho posible beneficiar a más de un millón de personas en todo México. Su estrategia consta de varios programas especializados como el Plan SimiREDI, que ha impulsado la creación de centros de rehabilitación física y psicológica.

En 2023, movilizó 130 toneladas de ayuda para las comunidades afectadas por el huracán Otis en Guerrero, demostrando su compromiso en contextos de desastre natural; y a esto, también se suma el proyecto Colonia Simi, una estrategia de reconstrucción del tejido social en zonas urbanas marginadas. 

En materia de sostenibilidad, ha impulsado la Estrategia WASH, en colaboración con UNICEF y la Secretaría de Educación de Nuevo León, dotando de infraestructura de agua, higiene y saneamiento a 12,000 estudiantes en escuelas públicas.

A pesar de los retos, como las críticas sobre su dependencia del modelo de negocio de Farmacias Similares, la fundación ha demostrado su valor en el diseño, ejecución y escalamiento de acciones que la convierten en un caso de estudio ejemplar en el ámbito de la responsabilidad social empresarial en América Latina.

Conversación en empresa sobre los beneficios del impacto social.

El futuro del impacto social en las empresas

Próximamente, el impacto dejará de medirse solo por lo que una empresa hace de forma voluntaria y comenzará a evaluarse por cómo opera; es decir, la lógica del “hacer algo extra” será reemplazada por la lógica de “hacerlo bien desde el origen”.

En cuanto al nivel de exigencia y trazabilidad, seguirá elevándose, teniendo en cuenta que ya ahora tanto inversionistas, como consumidores, solicitan pruebas de lo que las marcas dicen y hacen. Esto plantea nuevos retos en términos de transparencia entre lo que se comunica y lo que se implementa. 

Igualmente, se prevé que la noción de impacto se enfoque en la generación de valor regenerativo y se busque restaurar ecosistemas, o bien, impulsar modelos económicos más inclusivos. 

Hoy en día, cualquier empresa puede empezar a estructurar su compromiso a partir de lo está en sus manos y del entorno que le toca transformar. Si tú, que lees esto, te encuentras a la cabeza de una organización o eres parte de una, utiliza la información de nuestro post como un punto de inflexión y pregúntate qué cambios puedes impulsar desde tu rol.

¡No te pierdas los demás temas que Amplitt ha desarrollado en su blog!